Detrás de líderes mundiales hay grandes mentes femeninas, el adoctrinamiento es la mejor arma de los grupos terroristas para victimizar al prójimo a través de simbolización del enemigo; se calcula que solo el 9 % de mujeres extranjeras que han viajado a zonas de conflictos del Estado Islámico regresan a su país de origen, ya sea por influencia o en contra de su voluntad.
Dichas cifras fueron presentadas por la investigadora experta en victimología y colaboradora de la Ciudad del Vaticano en Roma, Lcda. Genesia Mora, quien además es activista de Derechos Humanos y fue la ponente encargada de la conferencia “Victimología y Terrorismo de Género”, organizada por el Vicerrectorado de Investigación y Postgrado #UNY.
Mora explica que su campo de acción estudia el origen y las relaciones entre víctimas, delincuentes, investigadores, juzgados, correccionales, medios de comunicación y medios sociales, por lo que aseveró que el papel de las mujeres en los grupos terroristas a lo largo de la historia se remonta a reclutadoras y víctimas del adoctrinamiento, que finalmente las lleva a defender las convicciones del movimiento.
La también especialista en contraterrorismo, perfilación y manipulación religiosa, detalla que cuando el adoctrinamiento está completado, algunas féminas pasan a la ofensiva por representar menos peligro que una figura masculina para la sociedad, llegando a realizar actos terroristas suicidas, tal es el caso de las llamadas Viudas Negras, grupo extremista de origen Checheno.
Este grupo se conoció a partir del asalto al teatro de Moscú en Rusia y tras el evento, tres terroristas islamistas practicaron la inmolación: Hawaa’ Barayev (19 años), Janet Abdurakhmanova (17 años) y María Ustarjánova (28 años), por estar convencidas de vengar a sus esposos, quienes fueron dados de baja por ser autores del mencionado atentado.
Texto: Andrea Barrios
Foto: Cortesía
Edición: Osbely Méndez