A consideración de la doctora Ana Méndez de Garagozo: “Necesitamos repensar el conocimiento gerencial y el accionar del gerente, ya que la complejidad de lo real nos arropa y vivimos en un mundo que no sabemos cuál es nuestro destino, en un ámbito de naturaleza emergente incierto, no todo lo conocemos, lo sabemos y por lo tanto tenemos que vivir en permanente acción e interacción con nuestra realidad”.

Tal apreciación de la doctora en Educación, Investigadora en Gerencia, Conferencista y Articulista la hizo al iniciar la ponencia virtual “Integralidad ética desde las economías emergentes: Visionando la Gerencia Azul”, en un compartir de saberes con la comunidad universitaria, actividad organización por el Vicerrectorado de Investigación y Postgrado de la institución

Por su parte, la doctora Marisela Álvarez, decano de Postgrado, al darle la bienvenida, señaló la importancia de abordar dicha temática desde el área gerencial para fortalecer la formación de los estudiantes, nutrir conocimientos y actualización en cuanto a las nuevas tendencias.

En su disertación la doctora Méndez señaló la importancia de “convertir a las organizaciones en agentes morales, es decir, pensar qué es la organización, qué está haciendo para sostener el entorno, el ámbito donde ella se desarrolla y no depredarlo, dado a diversas ideologías y otros factores, ha llevado a actuar sobre la naturaleza sin el debido cuidado o descuido originando que muchas partes de nuestro planeta ya no logren acoger la vida”.

Uno de los aspectos en la ética desde las economías emergentes, es pensar en ejes reordenadores de nuestro ser y estar en el mundo, a fin de considerar nuevas cosmovisiones que posibiliten oportunidades para generar una refundación ética ante la crisis global, reflexionar sobre los aspectos salubles y económicos, sus implicaciones éticas en lo social y gerencial.

El enfoque de la Gerencia Azul enfatizó la expositora, es direccionar el pensamiento gerencial desde un orden integrativo ecológico; en la economía azul circularidad en el flujo de procesos productivos, atender los indicadores macroeconómicos como lo es la pobreza y migraciones, garantizar la rentabilidad, participación y formación del talento humano, así como la resignificación moral del trabajo en la reutilización de desechos y uso de energías naturales.

Texto: Lendi Crespo

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